Meditaciones del atardecer

17-2-08.
Desde hace 6 años en que colgué “La última chaquetilla”, las cosas cambiaron y para mucho.-Dejé de ejercer como médico; no dejé de ser médico; lo seré hasta que muera , no por que el título no caduca, sino por que me siento médico en todo momento y actos de mi vida , obro como médico, siento como médico.. En estos años he leído mucho más de lo imaginado, un sueño dorado cumplido.Tengo mas tiempo para pensar , sin dejar de pensar en lo que dijo Giordano Bruno:” Cuando se piensa demasiado se aburre uno de vivir”, pero ningún refrán , venga de donde venga , lo tomo al pié de la letra.
Ya no debo preocuparme pensando si el paciente que operé ayer de una obstrucción intestinal ya eliminó gases, está orinando lo suficiente o levantó fiebre o si la de diverticulitos sangrantes, dejó de sangrar.
Y este es ahora mi problema: no tener problemas.Estoy preocupado por no tener que preocuparme.
Extraño el calor humano del paciente, ese pin-pon de flujo sentimental entre ambos, esa compenetración mutua que siempre percibí , o casi siempre, con mis pacientes, por eso nunca habìa pasado por mi cabeza “ dejar de ser médico”, no me importa pecar de vanidoso.Esta fue la ambrosía que alimentó mi vida por mas de 40 años , porque ya siendo practicante ese contacto me sedujo y no tengo duda que fue lo mas importante de mi vida.- ¿ Será parte de la tragedia de la vida?.-Tambien tengo escrita reflexiones que no tienen este tono trágico , tan, pesimista aparentemente, se que sólo soy realista.A lo largo del día cambiamos continuamente.. y la vida vale la pena.
He leído muchas veces y desde hace mucho tiempo, “El mundo visto desde los 80”, de Don Ramón y Cajal y “Charlas de café”, por no nombrar todo lo que este sabio ha escrito. Junto a Unamuno, Marco Aurelio, Giordano Bruno, Lubock, Emerson, José Ingenieros, Sarmiento, Alberdi y otros mas, son mis guías y confesores a quienes siempre pido ayuda ; cada uno, según el tipo de consultas que debo hacer y nunca me defraudan.
En algún escrito anterior digo que en mi vida tuve pocas desilusiones por que nunca exageré las expectativas.Ya no pienso lo mismo; tengo desilusiones , con sus consecuencias: la tristeza que me es el peor de los sentimientos, el que me hace caer los brazos y tambalear en la marcha hacia delante, pero siempre se sacan fuerzas para reponerse; pero todo esto es parte de la vida misma y no caben reclamos, las cosas son como son y no pensar que somos imcomprendidos, ese sentimiento tan denigrante con los que muchos no se hacen cargo de sus responsabilidades perdiendo la dignidad, ese sentimiento tan español que no quiero perder.Para eso me he pavoneado toda mi vida teniendo como paradigma al Caballero español, estonces, aguantarse sin chillar.
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Me sigo interesando por las cosas. Hace tres años me di cuenta de que todavía no me iba a morir,aunque con 76 años esto puede ocurrir en cualquier momento sin que la parca tenga que pedirme disculpas; pero me dije: si es así, pues a seguir viviendo.Me gusta y gozo de la buena mesa, de los buenos vinos y de la buena cerveza y del bajo nivel en los placeres de la cama sería necedad protestar sin pedirle a la naturaleza más de lo asignado, me consuela el haberlo aprovechado cuando pude y la cama tambien es buena para dormir.
- Yo, que viví “ un contínuo fluir de emociones , en renovación perpetua , empezando a vivir cada día”, al decir de mi querido paradigma Unamuno.
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